jueves, 30 de junio de 2011

El dolor de aquel adiós


La oscuridad de la noche inunda mi corazón
Que late al ritmo de una triste tonada de amor.

Una tenue brisa susurra tu nombre
Mientras lloro en silencio
Derramando mil lágrimas de amargura.

Recuerdo tu sonrisa
Aquella que era capaz de iluminar todo a su paso.
Aquella que aun en mis sueños no se desvanece.

Aun puedo sentir la calidez de tu voz al abrir mis ojos,
En mi memoria aun puedo escuchar la suave melodía
Que entonabas con parsimonia cada día.

Veo a través de la ventana de  mi habitación la ruidosa y agitada ciudad
Que sigue su ritmo sin importar este dolor
Que rompe mi alma en cientos de pedazos.

Día a día camino por las ajetreadas calles
Esperando encontrarme con tu pacifico rostro en la siguiente esquina.
Pero al dar la vuelta
Solo veo a un mar de gente totalmente desconocida para mí.

Al llegar la noche ruego que lo ocurrido ese 30 de junio
Solo sea parte de una horrible pesadilla
Que al despertar podré volver a apreciar aquella sonrisa un día más.
Que podré volver a escuchar tu dulce voz.
Que veré ese rostro lleno de serenidad.

Duele pensar que no te veré más,
Duele el silencio de tu voz
Duele ese “adiós” que jamás se pronuncio
Duele ver aquel sueño que anhelaste
Duele que no estés aquí para verlo cumplido al fin

Jamás te desvanecerás de mis recuerdos
Porque mientras mi corazón sigua latiendo
Seguirás viviendo en esta alma
Que incomprendida,
Vaga por los dulces versos de una poesía
Que no es más que un conjunto de estrofas
Que no pueden representar el aprecio que siento por ti.



1 aniversario de su muerte
Yong Ha Forever

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